Demanda de camas en medicina intensiva
Proceso de ingreso al centro de tratamientos intensivos del Hospital de Clínicas durante un mes
Resumen
Objetivos: estudiar la demanda de camas críticas en el Hospital de Clínicas y el proceso de ingreso al centro de tratamientos intensivos (CTI) en junio de 2005.
Material y método: diseño prospectivo, observacional, no intervencionista.
Durante junio de 2005 se pesquisaron los pacientes críticos fuera del CTI, visitando diariamente: recuperación anestésica, emergencia, intermedios pisos 7 y 8.
Resultados: ingresaron al estudio 64 pacientes, 14 ingresaron a CTI en 24 horas (grupo 1), el resto no ingresó o lo hizo en un plazo mayor (grupo 2). La edad fue mayor en el grupo 2, sin diferencias en Apache II. Del seguimiento del grupo 2 se observó un subgrupo que pierde la condición de crítico por mejoría o por considerarlo irrecuperable, mientras otro subgrupo permanece con indicación de ingreso: subgrupo B. Este duplicaba la mortalidad del grupo 1 (35,7% versus 70,8%, p=0,038) sin diferencias en el Apache II. Parte del subgrupo B logró ingresar en forma tardía (3,5 días) a CTI: subgrupo T, cuyo Apache II al ingreso a CTI es mayor que el grupo 1 (31,5 versus 16, p=0,012). En total se registraron 271 días/cama no satisfecha, mediana nueve camas por día.
Conclusiones: en junio de 2005 se documentó un déficit de camas de medicina intesiva (MI) en el Hospital de Clínicas. El grupo que ingresaba en menos de 24 horas observaba menor edad y mortalidad. El grupo de ingreso tardío a 24 horas presentaba una agravación documentada. La deliberación bioética y el ingreso precoz de aquellos que requieren MI, son elementos fundamentales en el proceso de atención progresiva del paciente.
Citas
(2) Wild C, Narath M. Evaluating and planning ICUs: methods and approaches to differentiate between need and demand. Health Policy 2005; 71(3): 289-301.
(3) Simchen E, Sprung CL, Galai N, Zitser-Gurevich Y, Bar-Lavi Y, Gurman G, et al. Survival of critically ill patients hospitalized in and out of intensive care units under paucity of intensive care unit beds. Crit Care Med 2004; 32(8): 1654-61.
(4) Giordano A, Grecco G, Pittini G, Fariña G, Fischer D, Ribeiro D, et al. La medicina intensiva en el Uruguay antes de la crisis bancaria. Estudio de corte en octubre de 2001. Paciente Crít (Uruguay) 2003; 16(2): 131-42.
(5) Reis-Miranda D. The regionalisation of intensive care. Advance Hospital Technology 1990; 4-5.
(6) Lyons RA, Wareham K, Hutchings HA, Major E, Ferguson B. Population requirement for adult critical-care beds: a prospective quantitative and qualitative study. Lancet 2000; 355(9204): 595-8.
(7) Williams SV. How many intensive care beds are enough? Crit Care Med 1983; 11(6): 412-6.
(8) Gracia D. La deliberación moral: el método de la ética clínica. Med Clin (Barc) 2001; 117: 18-23.
(9) Higgins TL, McGee WT, Steingrub JS, Rapoport J, Lemeshow S, Teres D. Early indicators of prolonged intensive care unit stay: Impact of illness severity, physician staffing, and pre intensive care unit length of stay. Crit Care Med 2003; 31: 45-51.
(10) Nguyen JM, Six P, Parisot R, Antonioli D, Nicolas F, Lombrail P. A universal method for determining intensive care unit bed requirements. Intensive Care Med 2003; 29(5): 849-52.
(11) Goldhill DR, Sumner A. Outcome of intensive care patients in a group of British intensive care units. Crit Care Med 1998; 26(8): 1337-45.
(12) Goldfrad C, Rowan Consequences of discharges from intensive care at night. Lancet 2000; 355(9210): 1138-42.
(13) McPherson K, Metcalfe A. Bed numbers. Inadmissible evidence. Health Serv J 2000; 110(5698): 26-7.